lunes, 21 de noviembre de 2011

¿Quién querrá ir el dentista cuando hay tantas otras cosas emocionantes para hacer durante el embarazo?

Atender tu salud bucal es en realidad una actividad relacionada con tu bebé. El embarazo afecta tus dientes y encías, tal como lo hace con el resto de tu cuerpo. Cuidar de tus dientes durante estos meses de descargas hormonales protegerá tu propia salud y la de tu bebé también, sin mencionar tu sonrisa.

Estás comiendo más, y esas molestas hormonas de embarazo inflamarán los tejidos de tus encías y las pondrán más suaves y sensibles. Esta combinación de factores hará que estén más susceptibles a la inflamación y al sangrado, una condición conocida como gingivitis de embarazo. La mitad de las embarazadas experimenta este problema. La gingivitis de embarazo es causada por el sarro, esa capa pegajosa y sin color que crece en tus dientes y causa su decaimiento.

Tu doctor podrá determinar si estás en riesgo de contraer una enfermedad periodontal; ésta consiste en una infección de las encías bastante seria que puede llegar a destruir fibras y el hueso de soporte que mantiene tus dientes en su lugar. Las futuras mamás que sufren esta enfermedad pueden llegar a ser siete veces más propensas a dar a luz demasiado temprano un bebé muy pequeño; los partos prematuros pueden ser provocados por la hormona prostaglandina, la cual puede ser encontrada en la bacteria oral y que es responsable de inducir la labor de parto.


Tu salud bucal tiene un impacto en los dientes de tu bebé. En algún momento entre tu tercer y sexto mes de embarazo, los dientes de tu bebé comenzarán a desarrollarse debajo de las encías. Es de vital importancia que comas una dieta con la cantidad suficiente de proteínas, calcio, fósforo y vitaminas A, C y D. ¿Por qué? Para fortalecer los dientes de tu bebé. El fluoruro también es un mineral importante para agregar a tu dieta en pos del desarrollo saludable de los dientes de tu bebé. Practicar buenos hábitos de higiene bucal ayudará a proteger los dientes de tu bebé, y también los tuyos. Los bebés no nacen con la bacteria que causa caries en los dientes, y estudios han demostrado que las madres son la fuente de transmisión de sarro y bacteria más probable para sus niños.

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